تطوان تعرف أول جريدة ورقية بالمغرب سنة 1886 ميلادية
العدد الأول
oy, 1 de marzo de 1860, ha visto la luz “El Eco de Tetuán”, el primer periódico de la historia de Marruecos. Con solo cuatro páginas, el ejército español, con el periodista Pedro Antonio de Alarcón a la cabeza, pone en marcha la imprenta bajo el convencimiento de que la palabra impresa tiene mayor impacto que las armas.
Pedro Antonio de Alarcón se muestra orgulloso de su periódico en español, el primero del norte de África, tal y como se define. Un periódico que surge en pleno conflicto bélico contra Marruecos, pero de la mano de un intelectual con una gran vocación literaria y comprometido con su tiempo.
El principal objetivo del periódico que hoy nace es seguir los pasos de los batallones españoles por territorio marroquí. Lo ha dicho alto y claro Pedro Antonio de Alarcón en este día donde su periódico ve la luz: “Quiero que recuerden que, en 1860, pasó por aquí un ejército de españoles que imprimió un periódico dentro de los muros de Tetuán y por medio de él tomaron posesión de este imperio las ideas que han de regenerarlo en un tiempo más o menos distante”. Un periódico que toma como epicentro Tetuán para defender valores e ideas.
Pedro Antonio de Alarcón
Tras estas palabras se esconden los pensamientos de un profesional que, si bien comenzó luchando en la contienda, su pasión por escribir hizo que intercambiara su papel de soldado por el de corresponsal de guerra.
Nacido en 1833 en Guadix (Granada), Pedro Antonio de Alarcón empezó a escribir siendo un adolescente, al tiempo que se posicionaba en las principales cuestiones políticas de su tiempo. Tras estrenar algunas piezas teatrales y mudarse a Cádiz, comenzaban sus colaboraciones con distintas publicaciones. Poco después llegaría a fundar el seminario “El Eco de Occidente”, donde publicó artículos, poemas, narraciones históricas y ensayos, influidos por la moda del Romanticismo, aunque después se inclinó por el Realismo antes de encontrar su estilo propio.
El fundador del periódico “El Eco de Tetuán”, tras participar activamente en la revolución popular de 1858 conocida como La Vicalvarada, en oposición a Isabel II, saca a la luz “El Látigo”, una publicación burlesca que casi le cuesta la vida por atacar directamente a la monarquía. Su publicación le valió el desafío en duelo por parte del escritor Heriberto García de Quevedo. Tuvo suerte y salió con vida del encuentro, más por la clemencia de su rival que por su destreza con las armas.
Hoy, algo más conservador que entonces, funda “El Eco de Tetuán” gracias a los ingresos que ha conseguido con la publicación del libro “Diario de un testigo de la guerra en África”, que con un estilo ágil y realista narra la vida de los soldados en la contienda. Un libro con el que ha conseguido unas ventas de 60.000 ejemplares, y el fervor de crítica y público, ambos hitos inauditos para esta época.
El triunfo de Gutenberg
“El Eco de Tetuán”, el periódico que hoy ve la luz , es el fruto del ímpetu de una persona convencida de que el pueblo necesita de un periódico que recoja sus ideales. Una publicación inspiradora, porque, según sus palabras, “es necesario que exista. Y solo por eso, este día es memorable, ya que ha empezado a funcionar en esta tierra la bienhechora máquina de Gutenberg”.
Para sacar este periódico a la calle, Pedro Antonio de Alarcón se ha mezclado con la población marroquí, interesándose por sus carencias, sus problemas y sus demandas. Su intención es abrirles los ojos para que puedan ver más allá de las comunicaciones oficiales del sultanato y servir de ejemplo para un pueblo “adormecido durante siglos de tradiciones medievales”.
Con la publicación de “El Eco de Tetuán”, hoy comienza a calar el concepto del periodismo en Marruecos. Este diario llega siguiendo la estela de la publicación de algunas gacetas de información que en su día se han publicado en África, aunque siempre han sido muy escasas. Un ejemplo lo tenemos en el “Cape Town Gazete”, que se imprimió por primera vez en Ciudad del Cabo en 1800.
Por tanto, hoy es un día histórico. Por fin ha llegado a Marruecos la prensa, uno de los grandes inventos de la civilización moderna. Aunque Pedro Antonio de Alarcón es consciente, y tiene como pesar, saber que este primer número probablemente pase desapercibido por la población marroquí. El hecho de estar en español no ayuda a su difusión.
Un periódico hecho por soldados
El periódico ha sido elaborado por los propios soldados españoles, que han trabajado en los talleres sin quitarse sus uniformes militares y con sus fusiles al lado. Para Pedro Antonio de Alarcón resulta emocionante que hayan cambiado “sus armas de guerra por armas de civilización y cultura. La pólvora por las letras y los fusiles por periódicos, aunque son conocedores que las letras provocan en ocasiones aún más muertes que las pistolas, ya que el acero afilado de la tinta puede hacer más daño que el impacto de una bala”, según ha afirmado.
Para muchos, “El Eco de Tetuán” no es más que la necesidad de Pedro Antonio de Alarcón, como autor de literatura de viajes y corresponsal de guerra, de llevar un registro de su viaje a Marruecos y continuar haciendo el trabajo por el que se siente fascinado.
Alegría y un futuro incierto
En este primer número podemos leer en su primera página: “No lo ocultaremos. Al coger hoy la pluma para redactar las primeras líneas de este humilde periódico, la más dulce emoción embarga nuestro ánimo y un inefable sentimiento de orgullo y de alegría nos hace derramar lágrimas de entusiasmo y regocijo. ¡Sea (…) en el insigne idioma castellano como nazca á la luz pública el primer periódico del imperio de Marruecos y regocíjese en su tumba el inmortal Guttemberg (sic) al ver volar por estos horizontes la palabra impresa, pálida estrella hoy, como nacida de nuestro pobre entendimiento…!”.
Pedro Antonio de Alarcón, como director del periódico, ya no es el soldado raso de antaño, ni siquiera el escritor famoso en el que se ha convertido. Hoy es un periodista que, con un burro, una tienda de campaña y una cámara fotográfica recorre las tierras de Marruecos para dedicarse a lo que más le gusta hacer: escribir.
Con su ímpetu y arrojo, el director ha hecho historia en Marruecos, convirtiendo a Tetuán en la cuna del periodismo marroquí, con la publicación del primer periódico en español de la ciudad. Corre el año 1860 y “El Eco de Tetuán” ya es una realidad. A Tetuán le ha correspondido el singular privilegio de haber visto nacer, antes que cualquier otra ciudad marroquí, la gran palanca cultural que supone la prensa.
Dicen las malas lenguas que “El Eco de Tetuán” no llegará a publicar el segundo número. “La historia tendrá la palabra, pero no es tiempo de pensar en eso ahora, sino de celebrar el éxito conseguido”, seguro que está pensando Pedro Antonio de Alarcón, el autentico artífice de que el periódico esté hoy en la calle, marcando un hito periodístico para el país.
إرسال تعليق